EL
COLE
El
cole, al que tanto queremos y cuidamos, como si fuera nuestro hijo,
ese
que a las ocho de la mañana nos da los buenos días con esa sirena,
que parece el grito de una vieja...
El
cole, ¿para qué sirve?, para nada. ¡Ya me dirás! Si uno quiere
ser basurero de qué le sirve saber resolver raíces
cuadradas. Y si uno quiere ser dentista, de qué le sirve saber si el
Tajo está en China o en Islandia. De nada. No sirve para nada.
Pero,
¿por qué nos gusta tanto el cole? Pffff. Nos levantamos a las cinco
y media para poder ver a los maestros entrar por esa barrera verde y
conseguir el caramelo que nos dan si llegamos los primeros. ¿Y por
qué los patios son tan largos? Eso de estar quince minutos sin poder
ver a un solo maestro y dejar de recibir esa información que nos
ayudará tanto en la vida, nos angustia. A la salida todo son
lágrimas. Las escaleras son una cascada. Nos movemos tan despacio
que parecemos presos arrastrando una gran bola de hierro sujeta a los
tobillos por una cadena. Y esas tardes, tan largas. ¡Menos mal que
existe el moodle! Que nos permite seguir aprendiendo.
Pues
eso, el cole no sirve para nada pero... nos
encanta ir.
Irene Català Martín2ºB
No hay comentarios:
Publicar un comentario